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- Creado: Lunes, 21 Marzo 2016 07:33
- Última actualización: Lunes, 21 Marzo 2016 07:33
- Publicado: Lunes, 21 Marzo 2016 07:33
- Escrito por Prensa en Costa Rica
El buen fútbol brilló por su ausencia en el partido que Saprissa venció por la mínima a Herediano.
Se esperaba mucho de este choque, donde no solo había tres puntos en juego; porque después del traspié de Alajuelense ante Belén, el liderato era el gran botín.
Los florenses pretendían hacer la defensa de ese primer lugar, que ahora está en manos del Saprissa.
El gol de Mynor Escoe en el minuto 25 dictó sentencia, en un partido deslucido y manchado por roces, reclamos, expulsiones y un arbitraje polémico.
Marvin Angulo se convirtió en el blanco de las faltas y aunque la anotación fue de Escoe, él podría verse como el autor intelectual de esa anotación.
Mientras que los florenses reclamaban, Angulo apuró las acciones y le sirvió un balón a Diego Calvo, quien centró por derecha y envió la pelota justo a donde estaba Escoe, quien con una media tijera venció a Leonel Moreira.
Cinco minutos después, Víctor Mambo Núñez estaba muy explosivo y provocó un choque entre Yosimar Arias y David Guzmán.
Andrey Vega llegó y le mostró la cartulina roja tanto a Arias como a Guzmán; en una decisión que parecía muy precipitada.
Si el juego ya se le había complicado al silbatero, después de eso fue mucho peor, porque se guardó algunas tarjetas que eran claras.
Herediano se desdibujó después del gol morado y la ausencia de Yosimar le pesaba bastante.
Saprissa tuvo algunas llegadas más, con Daniel Colindres; mientras que los florenses trataban de hacer lo propio.
En los arcos, Jaime Penedo y Leonel Moreira estaban atentos.
Víctor Núñez tuvo una opción clara, pero la desperdició.
En el minuto 90, Andrey Vega volvió a sacar la cartulina roja y en esta ocasión se la mostró a José Sánchez y Aubrey David.
Triunfo del Saprissa, liderato para los morados, cuatro expulsados y un partido inusual para Hernán Medford, quien volvió a la Cueva, como rival, pero fue recibido con aplausos en la casa del Monstruo.
Fuente: La Nacion